Cómo elegir zapatillas deportivas

June 30, 2020

Tipo de pisada: el mejor tipo de zapatilla que puedes elegir es aquella de pisada neutra, ya que ni el tipo de pisada ni la forma de tu arco plantar deberían condicionar tu elección, es más, utilizar zapatillas especiales para un tipo de pisada más o menos pronadora puede provocar lesiones tanto de rodilla como de tobillo y pie. En caso de existir una pronación excesiva, en la mayoría de los casos esta debería corregirse con ejercicio y/o terapia, pero no con las zapatillas, que deberán ser el complemento de un pie fuerte. Y respecto a las plantillas ortopédicas u otros refuerzos, no utilizarlos por más de 6 a 8 semanas y solo como mecanismos temporales mientras el pie se fortalece.

Peso: cuanto más ligeras mejor. Recomendable que el peso de la zapatilla sea inferior a los 283 gr cuando estamos hablando de zapatillas de la talla 43 para varones (talla 9,5 USA), y por debajo de los 227 gr en el caso de zapatillas para mujeres de la talla 38/39 (talla 8 USA). Sí que es cierto que usar unas zapatillas “milleras” para hacer kilometraje es mejor que sean más pesadas que el segundo par con el que alternaremos, éstas las usaremos en sesiones más exigentes, lo que llamamos, unas zapatillas “voladoras”.

Amortiguación:  pese a que los elementos de amortiguación algo amortiguan, precisamente por eso se consideran cada vez más un elemento a evitar, puesto que es esa sensación de disminución del impacto y absorción de las fuerzas lo que insta inconscientemente al corredor a alterar la mecánica de su pisada, adoptando un aterrizaje denominado “heel strike” o entrada de talón. Este modo de pisar incrementa el estrés sobre las estructuras articulares y musculo-esqueléticas con respecto a entrar con la parte anterior del pie (zona de los metatarsos), lo que se conoce como “forefoot strike”. En el momento que la amortiguación artificial desaparece, inconscientemente la tendencia del corredor es a entrar más con la zona anterior y media del pie, reduciendo el estrés mecánico y utilizando pie y tobillo como amortiguadores biológicos.

Vida útil: depende de cómo corras y por dónde las metas. No es lo mismo correr por asfalto que por campo. Conviene cambiarlas aproximadamente cada 600-700 km, aunque actualmente no hay consenso científico y depende mucho de los materiales de fabricación, el tipo de zapatilla y el uso que se les da. La recomendación es desechar las zapatillas que presenten desgastes irregulares en su suela, pues esto afectará a la mecánica de la pisada, con lo que ello conlleva.

¡CONSEJO!


Todo esto está muy bien, pero la mejor manera de elegir una zapatilla es que el corredor se decida por aquellas con las que se siente más cómodo y le permiten desarrollar su patrón de carrera preferido, que será el más natural y confortable.

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